La disfunción orgásmica se debe a múltiples causas. La sufre 30% de la población femenina
Controlar los impulsos, preservar una autoestima a prueba de descalificaciones, expresar los sentimientos abiertamente, saber lidiar con el estrés y no perder el buen humor pase lo que pase son algunos de los atributos de un ser humano emocionalmente inteligente.
A lo mejor su coeficiente intelectual no es tan elevado como para inventar una ecuación como las de Einstein, pero lo cierto es que conoce cómo afrontar las relaciones y resolver los conflictos de la mejor manera.
La psiquiatra británica Andrea Burri, del hospital Santo Tomás del Colegio Real de Londres, considera que la inteligencia emocional permite, además, que las mujeres gocen de una actividad sexual mucho más satisfactoria. Burri, que lideró una investigación sobre la materia, define la inteligencia emocional como "la habilidad para expresar los propios sentimientos, y leer y hacer seguimiento a los sentimientos de otras personas".
Burri afirma que sí existe una asociación entre inteligencia emocional y frecuencia orgásmica en las mujeres, tal como lo constató al evaluar a 2.035 hermanas gemelas de Inglaterra.
"De acuerdo con nuestro estudio, las mujeres que son emocionalmente inteligentes tienen 2,5 más orgasmos que aquellas que no lo son. Podría ser que ellas manejen mejor y se sientan más relajadas durante la relación porque poseen mayor habilidad para construir una relación íntima con sus parejas. Pueden plantearle a sus parejas, con mayor acierto, lo que quieren y lo que desean (incluso en la cama)", explica la psiquiatra. Ninguna pesquisa ha demostrado lo mismo en hombres.
Otro elemento para la terapia. En su trabajo "Inteligencia emocional y su asociación con la frecuencia orgásmica en mujeres", publicado en la edición de julio del Journal of Sexual Medicine, Burri advierte que más de 30% de la población femenina sufre de disfunción orgásmica; se considera que es el segundo trastorno de índole sexual (sólo superado por el escaso deseo), y se define como: "La recurrente o persistente dificultad o ausencia de orgasmo después de suficiente estimulación, que causa distrés en la mujer". Se ha reconocido que su origen es multifactorial, "e investigaciones recientes han destacado la importancia de los factores de riesgo psicosocial", acota la científica.
La disfunción orgásmica está relacionada con obstáculos anatómicos, fisiológicos, biológicos, médicos y psicosociales. Se la ha vinculado, incluso, con un origen genético. "De cualquier manera, de acuerdo con varios estudios, la disfunción orgásmica aparece más comúnmente asociada con problemas psicológicos, emocionales y sociales (por ejemplo, depresión, abuso sexual, elementos de la relación de pareja e inmadurez psicosexual), que con factores fisiológicos".
--¿Es la poca inteligencia emocional un factor de riesgo importante para la baja frecuencia orgásmica?
--No se debe decir que es un factor de riesgo. Tampoco es un factor absoluto. Muchas otras cosas pueden cumplir un rol y determinar la sexualidad y la función sexual de una persona. Sin embargo, parece que a las mujeres con poca inteligencia emocional se les hace más difícil expresar sus necesidades y deseos, lo que eventualmente podría interferir con su satisfacción sexual.
--¿Es la mejora de la inteligencia emocional un posible tratamiento para la baja frecuencia orgásmica?
--Yo no diría que es "el nuevo tratamiento", pero podría añadirse a las aproximaciones psicoterapéuticas. Los terapeutas deben estar al tanto de que la inteligencia emocional puede cumplir un rol en la sexualidad, y deben tratar de mejorar la inteligencia emocional de las mujeres.
Como parte de las conclusiones de su investigación, Burri sugiere que el concepto de inteligencia emocional y la regulación de las emociones "podría ser útil para futuros programas de educación y prevención destinados a alcanzar la salud sexual".
En declaraciones reseñadas por la agencia Efe, Tim Spector, coautor del trabajo, manifestó: "La inteligencia emocional es una ventaja en muchos aspectos de nuestras vidas, incluida la vida en el dormitorio. Este estudio ayudará enormemente a desarrollar terapias cognitivas y del comportamiento para mejorar la vida sexual de las mujeres". Y ellas, a no dudarlo, lo agradecerán.
Fuente: http://el-nacional.com
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